martes, 12 de diciembre de 2017

Herpes:



Consiste en ampollas dolorosas llenas de líquido, que forman costra tras estallar. Suelen aparecer sobre la boca y alrededor de los labios o nariz, a veces en grupos. Las causa la infección del virus Herpes simplex. La mayoría de las personas albergan el virus permanentemente, pero parece que tiende a volverse problemático cuando el sistema inmunológico tiene que afrontar otras infecciones virales (como las del resfriado) o cuando se está débil. Es sumamente contagioso. La mayoría estamos expuestos a este virus desde los cinco años de edad y podemos ser inmunes a él. Si no se consigue vencer al virus en la infancia, este manifiesta su presencia en forma de ulceras dolorosas, que aparecen cuando el paciente se agota o cuando el sistema inmunológico está deprimido o bajo tensión excesiva. Una vez la persona ha sucumbido al virus, puede llevarlo el resto de su vida y los ataques se pueden desencadenar por situaciones meteorológicas extremas o por el agotamiento. En algunas mujeres las úlceras empeoran o son más frecuentes durante la menstruación.

Precauciones: El herpes es infeccioso, por tanto, lávese las manos con cuidado tras aplicar cualquier loción y utilice una toalla personal.

Síntomas: Dolor y ulceración debidos a la característica ampolla con costra. Puede aparecer agrietamiento y supuración, en particular cuando están afectadas las comisuras de la boca.

Fitoterapia: La tintura de corazoncillo aplicada inmediatamente puede prevenir el desarrollo del herpes. Una vez se ha establecido el herpes, se puede aplicar la tintura de mirra con moderación para ayudar a que se seque.
Aromaterapia: Los aceites de bergamota, eucalipto y árbol del té ayudan a tratar las ampollas y se han de aplicar a la primera señal de una llaga. El aceite de lavanda ayuda a curar las ampollas que surgen. 
Homeopatía:  Lo mejor es el tratamiento constitucional pero los remedios siguientes pueden ayudar. Nat-m: para grietas profundas en el labio inferior, boca seca y úlceras hinchadas y ardientes. Rhust-t: para llagas en la boca, barbilla y comisura de la boca. Sempervivum: para ulceras en la boca y encías sangrantes y cuando la enfermedad empeora por la noche. Capsicum: para grietas en las comisuras de la boca, labios pálidos, erupción en la barbilla, ampollas en la lengua y mal aliento.
Vitaminas y Minerales: El herpes tiende a aflorar cuando parece que remite. Por eso es importante alimentarse de forma sana e ingerir suficientemente los siguientes nutrientes, que impulsan el sistema inmunológico. Cereales integrales como arroz o pan moreno, fruta, legumbres (lentejas y judías), unos cuantos frutos secos y semillas por sus aceites vitales. Un preparado multivitamínico y multimineral diariamente, en especial que contenga gran cantidad de nutrientes antioxidantes, que impulsan la actividad del sistema inmunológico. La vitamina C estimula el sistema inmunológico y es antivírica y antifúngicida. Lactobacillus acidophilus impulsará las bacterias intestinales sanas, lo que contribuirá a expulsar infecciones e infestaciones. El zinc estimula el sistema inmunológico y actúa como antivírico y antifúngico.

miércoles, 17 de mayo de 2017

Insomnio:



La incapacidad para dormir o la alteración de los patrones normales del sueño son dolencias comunes difíciles de cuantificar porque cada persona tiene distintas necesidades de sueño y el insomnio es propio del envejecimiento. A menudo lo causa la preocupación, el estrés emocional y el agotamiento.
 Otras causas son el dolor, el exceso de cafeína, alcohol y drogas, la alergia alimentaria, dormir en una habitación mal ventilada o la depresión.
Del 15 al 17% de la población sufre problemas de sueño alguna vez. El 50% de las personas que toman píldoras para dormir encuentran que el insomnio empeora. En general el 80% del sueño es NREM (con movimiento ocular no rápido) y el 20% es REM (con movimiento ocular rápido).

Si durante todo el día siguiente nota cansancio, es probable que no haya tenido suficiente sueño NREM. Si arrastra problemas de memoria, no ha tenido suficiente sueño REM. Pero no siempre el cansancio denota falta de sueño, también puede ser debido a otros factores o causas. Alrededor del 66% de las personas duermen entre 6’5 y 8’5 horas cada noche de manera habitual. Cerca del 16% duerme más de 8’5 horas y el 18% menos de 6’5 horas.

Síntomas: Mente hiperactiva que dificulta conciliar el sueño. Nerviosismo y desasosiego. Pesadillas. Irritabilidad. Cambios de humor con comportamiento histérico. A veces se puede desarrollar como temor a la hora de acostarse.

Ayurveda: Entre las plantas específicas está el beleño, que es sedante.
Remedios domésticos y populares: Un baño de pies caliente antes de dormir ayuda a relajar alejando la sangre de la cabeza. Ponga un poco de mostaza en polvo en el agua para aumentar el efecto. Se dice que la lechuga favorece el sueño.
Fitoterapia: Baño caliente con una infusión de manzanilla, hierba gatera, valeriana, lavanda o tila. Una taza de infusión caliente con estas plantas y toronjil justo antes de dormir calma y relaja. Haga una almohadilla de lavanda y póngala bajo la almohada normal.
Aromaterapia: Ponga en el baño unas gotas de aceite de manzanilla, salvia romana o lavanda. Pruebe un masaje suave justo antes de ir a dormir, con unas gotas de manzanilla, lavanda, rosa o neroli, mezcladas en un aceite portador ligero. Unas gotas de aceite de lavanda sobre la bombilla del dormitorio justo antes de ir a dormir o en un pañuelo atado a la cama.
Homeopatía: Hay que tomar los remedios una hora antes de ir, durante 14 días, Repita la dosis si se despierta de noche y no puede volver a dormir. El insomnio se suele tratar constitucionalmente. Por eso necesitara consultar a un homeópata colegiado para el tratamiento.
Vitaminas y minerales: Aumente la ingestión de vitamina B, C, ácido fólico, zinc y calcio. Pruebe un suplemento de calcio justo antes de ir a dormir.

jueves, 19 de enero de 2017

Estrés:



Cada persona es capaz de afrontar diferentes grados de tensión en su vida. Unas parecen poseer fuerzas inagotables para seguir avanzando, otras sucumben. Cierto grado de tensión es estimulante, pero la tensión prolongada puede producir daños mentales y físicos. La mayoría creemos que las situaciones tensas y las preocupaciones son la causa del estrés. En realidad, las causas de las tensiones son diversas: ambientales como la contaminación, el ruido, los problemas de vivienda, frio o calor excesivo; físicas como enfermedades, lesiones y dieta inadecuada; y mentales como problemas de la relación humana, económicos, por duelo y laborales. Todas provocan en el organismo una serie de cambios fisiológicos rápidos, las “respuestas adaptativas”, para enfrentarse con situaciones amenazantes o agotadoras.
En las primeras etapas del estrés, se vierten las hormonas en la sangre. El pulso se acelera, los pulmones toman más oxígeno para alimentar los músculos, el azúcar aumenta en la sangre para dar más energía, la digestión aminora y aumenta la transpiración. En la segunda etapa del estrés, el cuerpo comienza reparar los daños causados por la primera etapa. Pero si la situación tensa continua, se instala el agotamiento y la energía del cuerpo se reduce muchísimo. Esta etapa puede continuar hasta que se afectan los órganos vitales y sobreviene la enfermedad.

Notas: El estrés psicológico se deriva de amenazas percibidas o anticipadas. El estrés puede ser agudo, como respuesta a un peligro inmediato, o crónico, cuando una persona está experimentando una situación vital infeliz. En cualquier caso los mecanismos corporales son parecidos. La enfermedad física casi siempre viene acompañada por unos efectos psicológicos significativos. El estrés psicológico prolongado conduce a cambios debilitantes. Los científicos dividen el comportamiento en dos tipos según la reacción al estrés. El tipo A reacciona con agresividad, competitividad y presión autoimpuesta para que se hagan las cosas. Este comportamiento se ha vinculado con una tasa mayor de ataque al corazón y otras enfermedades.  Las personas con comportamiento B pueden ser igual de serias en sus intenciones pero más pacientes, calmadas y relajadas. El estrés es un factor principal en las enfermedades cuyos síntomas físicos son inducidos o agravados por problemas mentales.

Síntomas: El aumento de hormonas como la adrenalina, noradrenalina y cortico-esteroides como respuesta al estrés, puede provocar: el aumento de la respiración y el latido, nauseas, músculos tensos. A largo plazo se cree que el estrés puede conducir a: insomnio, depresión, tensión sanguínea alta, pérdida de cabello, alergias, ulceras, cardiopatía, trastornos digestivos, problemas menstruales, palpitaciones, impotencia y eyaculación precoz.

Fitoterapia china: La medicina china considera que el estrés no causa la enfermedad sino el cómo nos enfrentamos a él. Prescribirá plantas medicinales según las necesidades específicas, para apoyar durante los periodos estresantes y tonificar. El tratamiento se puede dirigir en particular al riñón, agotado por el trabajo excesivo y apoyar a la sangre y al chi, que necesita circular armónicamente por el organismo.
Remedios domésticos y populares: Las semillas de calabaza, que contienen mucho zinc, hierro y calcio, vitaminas B y proteínas, y son necesarias para la función cerebral, ayudaran a afrontar los efectos del estrés. La avena es vital para un sistema nervioso sano. En periodos de estrés, comience el día con papilla de avena, pues le ayudara a mantenerse en calma, a prevenir la depresión y la debilidad general.
Fitoterapia: Plantas medicinales que favorecen la relajación y actúan como tónicas para el sistema nervioso son: toronjil, lavanda, manzanilla, pasionaria y avena. En una situación estresante se pueden tomar en infusión cuando sea necesario. El ginseng es una excelente planta “adaptogénica”, es decir que levanta el ánimo ante el cansancio y relaja ante el estrés. También actúa sobre el sistema inmunológico y da energía. Algunos terapeutas recomiendan una dosis diaria en los periodos de tensión.
Aromaterapia: Los aceites esenciales son excelentes para reducir el estrés porque actúan sobre el sistema nervioso y el cerebro, para relajar y calmar. Hay aceites que levantan el ánimo, lo cual no tiene precio en periodos de estrés fuerte. El masaje con aceites de aromaterapia es muy confortador y unas pocas gotas de aceite en el baño pueden ofrecer la oportunidad de “limpiar” los problemas del día mientras se experimenta los beneficios del aceite. Los aceites adecuados son: albahaca, manzanilla, geranio, lavanda, neroli y rosa. Hay aceites que refuerzan el sistema suprarrenal debilitado por el estrés: romero, jengibre y hierba limón.
Suplementos y minerales: Una dieta buena y equilibrada reforzara el cuerpo y lo volverá capaz de afrontar con más eficacia el estrés. Las vitaminas B a menudo se agotan por el estrés. Por tanto tome las suficientes en la alimentación o mediante un buen suplemento. Hay pruebas de que el polen apícola y floral –en píldoras o granos- puede reforzar el sistema inmunológico y dar energía. Pero no lo tome si tiene alergia a la miel o a las picaduras de abeja. El aminoácido L-Tirosina parece dar energía y aliviar el estrés, y los estudios muestran que quien toma este suplemento reacciona mejor a las situaciones de estrés, está más alerta, menos ansioso, es más eficaz y se queja menos de las incomodidades físicas. La vitamina C alivia mucho el estrés y refuerza el sistema inmunológico, pone en forma y es salutífera.