Por lo general, la
acidez es un dolor ardiente en el pecho
y se localiza detrás del esternón. Se suele tener la sensación de que los
alimentos regresan a la boca, junto con un sabor ácido o amargo. La acidez ocurre normalmente después de haber tomado los
alimentos y es una fuente común de molestias de indigestión. El dolor ardiente
en el pecho dura varios minutos, a veces hasta dos horas, y en muchas ocasiones
empeora al recostarse o agacharse. Su nombre completo es reflujo gastroesofágico, pero se le denomina acidez (o agruras)
por el área del cuerpo en que se percibe la sensación de ardor. La causa
principal de esta complicación es la acumulación, o reflujo, de contenido ácido
del estómago al esófago (el conducto que une la garganta con el estomago).
En el punto donde el
esófago se une con el estómago, el primero se mantiene cerrado por un músculo
especializado llamado esfínter esofágico inferior (EEI). Este músculo es
importante, puesto que la presión del estomago suele ser mayor a la del esófago.
El músculo del EEI se relaja después de tragar para permitir el paso de los
alimentos al estómago, después de lo cual se cierra de inmediato. El malestar
del contenido estomacal en el esófago, ocurre cuando el músculo EEI es muy
débil o, más comúnmente, cuando no se relaja de manera apropiada. El reflujo
tiende a empeorar después de comer en abundancia y al acostarse por la noche.
Antiácidos naturales:
Para neutralizar los ácidos estomacales, los remedios herbales producen una
capa gruesa y espumosa encima del contenido del estómago. Esta espuma “flotante”
evita el reflujo del contenido del estomago al esófago el cual causa la acidez.
Estas hierbas neutralizan el reflujo.
Licor amargo: Disponible en cápsulas o líquido. Pruebe el sello dorado, raíz de genciana, o ajenjo. Una pequeña cantidad antes de comer le
evitara la acidez.
Raíz de jengibre: Calma los nervios y ayuda a “absorber” el
ácido. Tome dos capsulas después de comer para mitigar cualquier ataque.
Uno de los remedios más conocidos es la infusión de manzanilla (digestiva y calmante). Eche 2 cucharadas de
flores de manzanilla e una taza de agua hirviendo y deje reposar durante 10
minutos. Beba 3 o 4 tazas calientes al día.
Junto al tilo, la
hierbaluisa y la cola de caballo, la manzanilla
también forma parte de otra de las infusiones digestivas más eficaces. Deje infundir
las hierbas durante 10 minutos y tome una tacita después de las comidas. También
puede tomar una infusión templada de diente de león o de genciana, 15 minutos
después de haber comido.
Como remedio preventivo y con el estómago vacío, tome dos
veces al día dos tazas de infusión de
melisa. En una taza con agua muy caliente ponga una cucharada de café de
melisa y déjela reposar 15 minutos.
No tan popular como las infusiones, pero quizá más efectiva
es la raíz de jengibre, por su
capacidad para absorber el ácido del estomago. Tome dos cápsulas inmediatamente
después de comer y aumente la dosis de forma gradual, hasta que desaparezca el
malestar.
Una copita de vino de
angélica tras las comidas es muy indicada para una buena digestión. Mezcle 1
litro de vino de Málaga, 25 gramos de almendras amargas picadas y 25 gramos de
semillas de angélica. Deje que se macere durante 10 días y, pasado ese tiempo,
filtre y tome el líquido.
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