Las varices son venas que se inflaman o tuercen, ya sea por
una debilidad en la pared de la vena o una válvula defectuosa en alguna parte
de la vena misma. En cualquiera de estas situaciones, el dolor en las piernas,
con los abultamientos y la piel descolorida, son la evidencia de dicha
condición. También se conoce como insuficiencia venosa. Las venas son
prominentemente visibles. Asimismo, también pueden aparecer las venas de araña
o brotes de araña, que son diminutas venas dilatadas que se encuentran entre
las capas de la piel. Los calambres en las pantorrillas, en especial durante la
noche, suelen ser síntomas recurrentes. Lo mismo sucede con la comezón o una
sensación de ardor.
Tomando en cuenta que las venas de las piernas soportan una
cantidad considerable de sangre, a cada paso, una cantidad grande golpea las
venas. Los impactos repetidos estimulan la flebitis (inflamación de la membrana
interna de la vena). Más aún, si hay coágulos o costras en las venas (por lo
general adheridas a la superficie interna), el impacto puede liberarlos hacia
el torrente sanguíneo y provocar que sean arrastrados hasta el corazón y los
pulmones, ocasionando una tromboflebitis.
Las compresas y los
vendajes de barro alivian la sensación de hinchazón y pesadez. Diluya el
polvo de barro con agua y unas gotas de vinagre de sidra. A continuación,
extienda la espesa mezcla de un dedo de grosor sobre un paño fino o gasa. Ponga
esta compresa sobre la zona dolorida y cúbrala con un paño de algodón. Otra forma
de hacer un vendaje extraordinario consiste en empapar un paño de algodón en el
agua arcillosa.
Otra manera de calmar el dolor es aplicar un vendaje de col. Separe las hojas de col
gruesas, jugosas y de color verde oscuro de la col. Lávelas y corte los nervios
especialmente duros del centro. A continuación, coloque las hojas en una base
de plástico o metálica y aplástelas con una botella de cristal o con un rodillo
de teflón hasta que salga la savia de fuerte olor. Coloque las hojas en forma
de teja sobre el lugar correspondiente y vende con un paño, sujetándolo bien. Deje
actuar durante 1 hora o, en caso necesario, toda la noche. Pasado este tiempo
retire el vendaje, lave la piel delicadamente con agua caliente y friccione con
hierba de san Juan o aceite de oliva.
Muy apropiada para el tratamiento de varices es la infusión de caléndula. Hierva durante 5
minutos 1 litro de agua mezclado con 75 gramos de flores de caléndula. Deje reposar
5 minutos y empape una compresa fría con el líquido. Aplíquela sobre la zona
afectada.
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