Caléndula: (calendula officinalis) también denominada “maravilla”, destaca por aliviar las quemaduras leves y otras irritaciones de la piel. Es un remedio excepcional para curar pieles inflamadas, actuando bien sobre úlceras, cortes, arañazos, rojeces, callos, verrugas, forúnculos, pieles resecas, picaduras de insectos y medusas, heridas e incluso acné y otras irritaciones cutáneas. La caléndula es la base de la mayoría de las cremas naturales para después del sol y es un buen recurso para incluir en los botiquines de montaña. Por sus propiedades antibacterianas, antisépticas y antiinflamatorias, también contribuye a sanar las encías inflamadas. En infusión, para lavados o compresas, se utiliza la calendula seca.
Heridas pequeñas: se curan rápidamente aplicando sobre ellas una pincelada de tintura de caléndula.
Eczemas: se calman aplicando sobre ellos la tintura de caléndula previamente diluida en 3 partes de agua destilada (es decir: por cada cucharadita de tintura se añadirán tres más de agua). Si fuera necesario, puede dejarse la tintura toda la noche sobre la piel dañada cubriendo la zona con una pequeña gasa.
Quemaduras y úlceras: machacamos planta entera y fresca con un rodillo sobre un paño limpio de algodón. Al comenzar a soltar el jugo, colocamos el paño con la planta sobre la quemadura o úlcera. Lo aplicaremos media hora y repetiremos dos o tres veces al día: el resto de tiempo conviene que la piel esté destapada.
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