Vitamina A: la vitamina A y el betacaroteno son unos pigmentos anaranjados que forman, junto a la vitamina E y C, el trío de los grandes antioxidantes. Destaca por su acción como protectora de la vista (ayuda a mejorar la visión, sobre todo la nocturna), la piel y las mucosas, disminuye los efectos del colesterol sobre las arterias, protege del cáncer y ayuda a mantener sanos nuestros pulmones. Se encuentra en los alimentos como betacaroteno, que en el cuerpo se transforma en vitamina A. En tomates, zanahorias, vegetales de hoja verde, brécol, pimiento, albaricoque, calabaza, melón y también en alimentos de origen animal: lácteos, huevos, pescado graso e hígado.
Selenio: mineral que evita la oxidación de las grasas y protege el sistema inmunológico, evitando la acción dañina de los radicales libres. Potencia la acción antioxidante de la vitamina E, estimula la producción de anticuerpos, protege frente al cáncer y mejora las funciones hepáticas, cardiacas y reproductoras. Está especialmente recomendado en casos de estrés, en la menstruación y menopausia. En la carne, pescado, marisco, lácteos, alimentos integrales, el germen y salvado de trigo, la levadura de cerveza, el ajo y también en pipas de girasol.
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